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Cardenal Invita a ONU a Colaborar en Construcción de "Civilización del Amor" Vaticano, 11 (NE) - "La Santa Sede desea fervientemente que, al alba del tercer milenio, la ONU contribuya, por el bien de la humanidad, a construir una nueva civilización, la que ha sido llamada 'civilización del amor'". Así lo recordó el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado de la Santa Sede, durante su intervención la semana pasada en la Cumbre del Milenio, que congregó en los Estados Unidos a Jefes de Estado y de Gobierno de más de 150 países. En sus palabras, el Purpurado destacó como la primera tarea de las Naciones Unidas el "mantener y promover la paz en el mundo". Asimismo, destacó entre las responsabilidades de la ONU el de "promover el desarrollo", entendiendo el desarrollo como "una noción global, que tiene como objetivo la promoción del bien y de la dignidad de la persona, considerada de manera integral". Al respecto, el Cardenal Sodano afirmó la necesidad de "lanzar programas para que el progreso social vaya a la par con el crecimiento económico": La promoción de los derechos humanos, el derecho a la vida el primero de ellos, fue señalado por el Secretario de Estado como la tercera tarea de las Naciones Unidas. "Además de esta perspectiva concreta de los derechos humanos -afirmó luego-, es preciso reforzarlos dándoles una base ética sólida pues de lo contrario permanecerán frágiles y sin cimientos. A este propósito, es necesario reafirmar que los derechos humanos no son creados ni otorgados por nadie, sino que son inherentes a la naturaleza humana". Finalmente, señaló como una cuarta tarea de la ONU el "garantizar la igualdad de todos sus miembros". "Los cristianos - añadió posteriormente -, que han recordado este año el nacimiento de Jesús en Belén, se sienten solidarios con los esfuerzos que la comunidad internacional emprende para que el mundo de mañana esté libre de la violencia, de las injusticias y del egoísmo. La Iglesia católica desea contribuir a esta obra inmensa, ante todo mediante el anuncio del Evangelio de Cristo pues, sin progreso espiritual, el progreso material de las naciones será vano e ilusorio." "Esta convicción -concluyó el Cardenal Sodano- ha guiado a la Iglesia a lo largo de su historia y es también su compromiso para el tercer milenio Fuente: www.eclesiales.org |
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