Ironías y Noticias...

Hay tantas casualidades. ¡Qué cosas que tiene la vida! ¿No les parece? Debe haber sido el destino, una fatalidad. Pero no, por favor, no se les ocurra vincular lo que ocurrió en NY con lo que anticipó E. de White. 

Ella dijo que se harían "polvo" "los deleitables monumentos de la grandeza de los hombres" "aun antes que venga la última gran destrucción sobre el mundo" (3MS 478-479, 1901), pero lo que ocurrió en NY no tiene nada que ver con lo que dijo porque lo hicieron terroristas.

Ella dijo que Dios castigaría los grandes emporios económicos mundiales por la explotación del pobre ejercida en gran parte en la erección de esos edificios, pero lo que dicen los diarios ahora del impacto económico mundial es otra de las tantas fatalidades que tampoco tienen nada que ver con lo que ella dijo. 

Son puras coincidencias. Ella dijo que...,. ella dijo..., ella dijo. ¿Qué dijo, al fin y al cabo? No sé, no entiendo...

Los hombres, anunció Jesús, estarían secando sus corazones ante el temor de lo que va a pasar, pero de nuevo, y por favor, no lo vinculen con lo que ocurrió con NY. Dicen los no creyentes que la historia de este país y del mundo nunca se va a escribir igual, nunca será la misma. Pero es que así son los hombres. Se dejan impresionar por lo que les pasa en el momento. No, no hagamos caso a esas reacciones intempestivas y abruptas. Ya va a pasar. Los tratados de sicología así lo demuestran. 

Por otro lado, esa no es la manera que Dios utiliza para despertar las conciencias. ¿Acaso Dios va a utilizar a terroristas para que la gente se convierta a Dios? Las iglesias se llenan ahora, aún las católicas en este país. La gente busca una respuesta religiosa por doquiera. No, no, nooooo. 

Digámosle que no es para tanto. Que Dios no tiene nada que ver en este asunto. Que esas cosas van a pasar cuando ya no haya más remedio y termine el tiempo de gracia. Pero que Dios no es tan bárbaro como despertar al mundo mediante semejante acto de brutalidad.

Hablémos de las cosas buenas de Dios solamente. Que el evangelio es de vida, y ni se les ocurra en este momento agregar que también lo es de muerte, porque va a caer mal en el contexto actual tan sensible. Alejemos los juicios de Dios hacia el final, y recluyámoslos sólo para entonces. Lo que el mundo necesita es paz. Es cierto que dice también E. de White que caería sobre el mundo el fin "como sorpresa abrumadora", y que "ningún bálsamo humano podrá curar".

Pobres curadores del alma y de la mente. Mucho me temo que habrá muchos de entre nosotros que aún durante el tiempo de angustia, tratarán de continuar con sus prácticas pastorales y terapéuticas para consolar a tanta gente que no entiende. De hecho, se nos dijo que muchos de entre nosotros estarían viviendo y viendo los sucesos finales, sin percibirlos, porque los verían tal como el mundo los vería.

Alberto R. Treiyer
www.tagnet.org/distinctivemessages

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