DANIEL 12: ¿Días Proféticos o Literais?

INTRODUCCIÓN:

Existe una controversia en el mundo adventista acerca de Daniel 12. Por un lado están los que defienden la postura de que los tres períodos de tiempo que aparecen allí (1260, 1290 y 1335 días), se refieren a días literales, que marcan eventos importantes relativos al fin del tiempo del fin, que se encuentran en un futuro muy cercano. Y la otra posición es la que sostiene que se trata de períodos proféticos, es decir, que se los debe calcular siguiendo la norma “día por año”. En este caso, dichos períodos terminarían, en el caso más prolongado, en 1843 o 1844. En este breve estudio trataremos de analizar las dos posturas, simplemente a la luz de las citas de EGW que cada grupo utiliza para afirmar su posición, analizadas en su contexto total, es decir, toda la declaración.

Pero comencemos dando un vistazo a la Palabra de Dios, el capítulo 12 del libro del profeta Daniel, tal como aparece en la revisión ’60 Reina – Valera:

Daniel 12

1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.

2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.

5 Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río.

6 Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas?

7 Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.

8 Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas?

9 El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.

10 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.

11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.

12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

13 Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.


I) Días literales (de 24 horas) para el futuro.

En el libro “Eventos de los últimos días”, en la página 15, encontramos la siguiente declaración:

“Leamos y estudiemos el capítulo 12 de Daniel. Es una advertencia que todos necesitaremos comprender antes del tiempo del fin.” -15 MR 228 (1903).

Aquí el espíritu de profecía pareciera decir que aún en 1903 no había una comprensión clara de Daniel 12. Y que el pueblo de Dios necesita comprenderlo, porque lo “necesitaremos”. Pero para comprender con más claridad esta declaración, no hay nada mejor que recurrir a la totalidad de la cita, y considerar el contexto completo. La declaración es la siguiente:

"Estoy profundamente afectada por la condición de falta de preparación de nuestras iglesias. Algo debemos hacer. Debemos guardar nuestros pies en el camino recto y estrecho que lleva a la vida eterna. No debemos hacer ningún desliz ahora. El primero y segundo capítulos de Colosenses se me han presentado como la expresión de lo que nuestras iglesias en cada parte del mundo deben ser. El gran apóstol tuvo muchas visiones. El Señor le mostró muchas cosas que no le son permitidas a un hombre expresar. ¿Por qué él no podía decirle a los creyentes lo que había visto? Porque ellos hubieran hecho una aplicación incorrecta de las grandes verdades presentadas. Ellos no hubieran sido capaces de comprender estas verdades. No obstante todo lo que se le mostró a Pablo amoldó los mensajes que Dios le dio para transmitir a las iglesias.” 

“El pueblo de Dios necesita estudiar qué carácter debe edificar de manera de poder pasar a través de la prueba decisiva de los últimos días. Muchos están viviendo en la debilidad espiritual y deslizándose. Ellos no saben lo que creen. Leamos y estudiemos el capítulo 12 de Daniel. Es una advertencia que todos necesitaremos entender antes del tiempo del fin. Hay ministros que claman creer la verdad mientras no están santificados por la verdad. A menos que se produzca un cambio en sus vidas, ellos dirán, "Mi Señor tarda en venir". [Mateo 24: 48] 

“Leed el capítulo 21 de Lucas. En él Cristo da la advertencia: "Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez, y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo de hombre" (Lucas 21: 34-36).

“Las señales de los tiempos se están cumpliendo en nuestro mundo, sin embargo generalmente se representan las iglesias como durmiendo. ¿No seremos advertidos por la experiencia de las vírgenes insensatas que cuando llegó el clamor "¡Aquí viene el esposo, salid a recibirle!", encontraron que no tenían aceite en sus lámparas? Y mientras ellas fueron a comprar aceite, el novio entró a la cena de bodas con las vírgenes prudentes, y la puerta fue cerrada. Cuando las vírgenes insensatas llegaron a la entrada del banquete, recibieron un rechazo inesperado. El amo de la fiesta  declaró, "No os conozco". Ellas fueron definitivamente abandonadas en la calle vacía, en las tinieblas de la noche”. -15 MR 228 (1903). Carta 161, 1903.

Toda la declaración está orientada para que el pueblo de Dios tenga en cuenta muy seriamente su preparación para los eventos finales que pronto nos sobrecogerán. La advertencia de que nos habla Daniel 12 tiene relación directa con el capítulo 21 de S. Lucas, y con la parábola de las 10 vírgenes. Ambos párrafos tienen mucho que ver con el fin del tiempo de gracia (“y se cerró la puerta”, Mateo 25: 10). De modo que se refuerza la idea de que en Daniel 12 existe una advertencia que se refiere a la finalización del tiempo del fin, en los momentos que tienen relación con el fin del tiempo de gracia.

II) Días proféticos (que terminaron en 1844).

Veamos ahora las otras declaraciones de EGW, que han dado pie a la posición de que después de 1844 no se puede tener en cuenta ningún mensaje en base a tiempo. La principal, como aparece en el Comentario Bíblico Adventista, es la siguiente:

«Este tiempo, el que el ángel declara con un solemne juramento, no es el fin de la historia del mundo ni del tiempo de gracia, sino de tiempo profético que precederá al advenimiento de nuestro Señor; es decir, la gente no tendrá otro mensaje acerca de un tiempo definido.  Después de este lapso, que ahora abarca desde 1842 a 1844, no puede haber ningún cómputo definido de tiempo profético. El cálculo más prolongado llega hasta el otoño de 1844.» (Ms 59, 1900; citado en CBASD 7:982).

Una vez más, si queremos entender mejor esta declaración, debemos leerla en su contexto total:

“El poderoso Ángel que instruyó a Juan era nada menos que Cristo Jesús. Poniendo su pie derecho sobre el mar, y su izquierdo en la tierra seca, muestra la parte que Él está haciendo en las escenas del cierre de la gran controversia con Satanás. Esta posición denota su poder supremo y autoridad por encima de todo el mundo. La controversia se ha ido intensificando con mayor fuerza y determinación de edad en edad, y continuará así hasta las escenas finales, cuando la obra maestra de los poderes de las tinieblas alcanzará su clímax. Satanás, unido con los hombres malos, engañará al mundo entero y a las iglesias que no reciban el amor de la verdad. Pero el poderoso Ángel demanda atención. Él clama con fuerte voz . Él está por mostrar el poder y la autoridad de su voz a aquéllos que se han unido con Satanás para oponerse a la verdad. 

“Después de que estos siete truenos profirieron sus voces, la instrucción llega a Juan tal como a Daniel con respecto al libro pequeño: "Sella aquéllas cosas que los siete truenos profirieron." Éstos relatan eventos futuros que se descubrirán en su orden. Daniel estará de pie en su porción al final de los días. Juan ve el libro pequeño abierto. Entonces las profecías de Daniel encuentran su lugar apropiado en el primero, segundo, y tercer mensaje angélicos a ser dados al mundo. La apertura del librito sellado era el mensaje en relación al tiempo. 

“Los libros de Daniel y Apocalipsis son uno. Uno es una profecía, el otro una revelación; uno un libro sellado, el otro un libro abierto. Juan oyó los misterios que los truenos profirieron, pero se le ordenó no escribirlos. 

“La luz especial dada a Juan que se expresó en los siete truenos fueron una delineación de eventos que acontecerían bajo los mensajes del primero y segundo ángeles. No era lo mejor para el pueblo conocer estas cosas, porque su fe necesariamente debe probarse. En el orden de Dios se proclamarían las verdades más maravillosas y avanzadas. El mensaje del primero y segundo ángeles ya fueron proclamados, pero no se revelará una luz adicional antes de que estos mensajes hayan hecho su obra específica. Esto se representa por el Ángel que está de pie con un pie en el mar, proclamando con el más solemne juramento que el tiempo no se debe prolongar más.” 

“Este tiempo que el ángel declara con un juramento solemne, no es el fin de esta historia mundial, ni del tiempo de prueba, sino del tiempo profético que debe preceder al advenimiento de nuestro Señor. Es decir, que el pueblo no tendrá otro mensaje sobre tiempo definido. Después de este período de tiempo, que alcanza desde 1842 hasta 1844, no puede haber ninguna búsqueda definida del tiempo profético. El cómputo más largo alcanza al otoño de 1844.” 

“La posición del Ángel, con un pie en el mar y el otro en la tierra, significa la amplia extensión de la proclamación del mensaje. Él cruzará las anchas aguas y será proclamado en otros países, incluyendo a todo el mundo. La comprensión de la verdad, la recepción alegre del mensaje, se representa comiendo el libro pequeño. La verdad concerniente al tiempo del advenimiento de nuestro Señor era un mensaje precioso a nuestras almas.” 

“La mayor obra a ser hecha en esta vida es la preparación para la vida futura, para esa vida que se mide con la vida de Dios. Se nos ha concedido un tiempo de prueba en el cual, a pesar de las dificultades, podemos cultivar virtudes que nos llevarán a la vida más elevada. El amor puro de uno al otro es ejercido por aquéllos que son partícipes de la naturaleza divina.”   (Manuscrito 59, 1900)

Resulta evidente que la cita en cuestión, donde se presenta a Jesús como el poderoso Ángel que realiza un juramento, se refiere a Apocalipsis 10, no a Daniel 12, aunque no deja de guardar relación con el libro de Daniel, en especial con el período de los 2300 días proféticos de Dan 8:14. Apocalipsis 10 resume la experiencia del pueblo adventista en su comienzo, cuando basándose en una interpretación errónea del evento a cumplirse el 22 de Octubre de 1844 (otoño, hemisferio norte), sufrieron un amargo chasco, ya que Jesús no retornó a la tierra en esa fecha, tal como anhelosamente lo esperaban. Esta experiencia la podemos leer con todo detalle en el capítulo 23 del “Conflicto de los Siglos”, en las páginas 442 – 460; veamos por ejemplo esta declaración:

“"Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más" (Apoc. 10: 5, 6).  Este mensaje anuncia el fin de los períodos proféticos.  El chasco de los que esperaban ver al Señor en 1844 fue muy amargo para los que habían aguardado tan ardientemente su aparición.  Dios permitió que ocurriera este chasco, y que los corazones se manifestaran.” (Maranata, p. 16)

Lamentablemente después del chasco del otoño de 1844, muchos que creyeron en el advenimiento del Señor para esa fecha continuaron fijando fechas, para sufrir chasco tras chasco. Por causa de los tales la sierva del Señor escribió:

“Entonces vi en relación con el "continuo" (Dan. 8:12) que la palabra "sacrificio" había sido provista por la sabiduría humana, y no pertenece al texto, y que el Señor dio el sentido correcto a los que proclamaron que había llegado la hora del juicio.  Mientras existió la unión, antes de 1844, casi todos aceptaban la opinión correcta acerca del "continuo"; pero en la confusión reinante desde 1844 se han aceptado otras opiniones, y como consecuencia han entrado tinieblas y confusión.  La cuestión de las fechas no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volverá a ser una prueba.”

“El Señor me ha mostrado que el mensaje del tercer ángel debe progresar y ser proclamado a los hijos dispersos de Dios, pero no debe depender de una fecha.  Vi que algunos están creando una excitación falsa al predicar fijando fechas; pero el mensaje del tercer ángel es más poderoso de lo que puede serlo una fecha.  Vi que este mensaje puede subsistir sobre su propio fundamento y no necesita ser reforzado con fechas; que irá adelante con gran poder, hará su obra y será abreviado en justicia.” (Primeros Escritos, pág. 74)

“Ls adventistas del primer día han fijado tiempo tras tiempo, y a pesar de los repetidos fracasos, han sacado valor para fijar nuevos tiempos. Dios no les ha mostrado esto. Muchos de ellos han rechazado el verdadero tiempo profético, e ignorado el cumplimiento de la profecía... La gran prueba fue en 1843 y 1844; y todos los que han fijado el tiempo desde entonces, se han engañado a sí mismos y a otros.” (Testimonies, T. 1, p. 73)

Otra cita más podemos considerar en el mismo sentido:

“El mensaje de Apocalipsis 14 que proclama que la hora del juicio ha llegado, es dado en el tiempo del fin; y al ángel de Apocalipsis 10 se lo representa con un pie en el mar y el otro sobre la tierra para demostrar que el mensaje se llevará a países distantes; se cruzará el océano y las islas del mar escucharán la proclamación del último mensaje de amonestación dado a nuestro mundo.

"Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó los cielos y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más" (Apoc. 10: 5, 6).

“Este mensaje anuncia el fin de los períodos proféticos. El chasco de los que esperaban ver al Señor en 1844 fue muy amargo para los que habían aguardado tan ardientemente su aparición. Dios permitió que ocurriera este chasco, y que los corazones se manifestaran.” (Mensajes Selectos, tomo 2, p. 124)

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En definitiva, podemos resumir lo que en estas últimas citas el Espíritu de profecía nos está diciendo en dos puntos fundamentales en relación a nuestro tema:

a) Que en 1844 terminaron los tiempos proféticos abarcados en la gran línea de los 2300 años, (que incluye las setenta semanas y todos sus detalles), es decir, que nadie debe hacer cómputos en base al principio día por año para añadir al período mayor de los 2300 años. Dicho período acabó en el otoño de 1844, y no debe añadírsele nada.

b) Que después de 1844 nadie debe fijar fechas en el sentido en que los milleritas la aplicaron al principio para el 22 de Octubre de 1844, o los adventistas del primer día después, creyendo en que Cristo vendría en alguna fecha precisable. No habrá ya mensaje definido en base a fechas para la segunda venida de Cristo, ni prueba en consiguiente.

Otras citas que claramente van en la misma dirección es la siguiente, donde notamos que EGW consideraba error la idea de que los 1135 días ya habían terminado en su tiempo:

1) “El hermano Hewit de Dead River (Río Muerto) estaba ahí. Él vino con un mensaje diciendo que la destrucción de los impíos y el descanso de los muertos era una abominación hecha a puertas cerradas que una mujer llamada Jezabel, una profetisa, había traído y que él creía que yo era esa mujer Jezabel. Le dijimos algunos de sus errores cometidos en el pasado, que los 1335 días habían terminado y varios otros errores de él. Pero surtió poco efecto. Sus tinieblas cayeron sobre la reunión y nos molestaba”. 6MR: 251.

2) “En las Escrituras se presentan verdades que se relacionan especialmente con nuestro propio tiempo. Las profecías de la Escritura apuntan al período justamente anterior a la aparición del Hijo de hombre, y aquí sus advertencias y amenazas se aplican preeminentemente. Los períodos proféticos de Daniel, extendiéndose hasta la misma víspera de la gran consumación, arrojan un diluvio de luz sobre los eventos  que acontecerán entonces. El libro del Apocalipsis está también lleno de advertencias e instrucción para la última generación. El amado Juan, bajo la inspiración del Espíritu Santo, retrata las terribles y estremecedoras escenas conectadas con el cierre de la historia de la tierra, y presenta los deberes y peligros del pueblo de Dios. Nadie  necesita permanecer en la ignorancia, nadie necesita estar sin preparación para la venida del día de Dios.” Review and Herald, 25 – 09 – 1883.

CONCLUSIÓN:

Debemos armonizar las citas de EGW. Y mi conclusión es la siguiente:

a) Siendo que en Daniel 12 existe una avertencia que el pueblo de Dios necesita comprender antes de los eventos finales, los períodos de los 1260, 1290 y 1335 días deben contribuir significativamente a esa advertencia.

b) Dichos períodos no pueden tener relación con los períodos proféticos que terminaron en 1844; deben constituir otra línea diferente. No queda otra opción para considerar a dichos períodos como tiempo literal, no del que se computa “día por año”, y deben significar una avertencia para hoy.

c) o pueden servir para fijar de alguna manera fecha alguna que señale la segunda venida de Cristo. Pueden, sin embargo, señalar una cantidad de días entre eventos importantes que deben marcar hitos de advertencia para el pueblo de Dios. Dichos espacios de tiempo pueden ser muy necesarios de comprender para que el pueblo de Dios pueda pasar con éxito la última gran prueba que ha de venir sobre los hijos de Dios: las leyes dominicales, la persecución que vendrá, el tiempo de angustia, etc.

d) Un próximo estudio considerará una posible interpretación de la aplicación de esos períodos. Ahora terminemos con un llamado de atención del espíritu de profecía:

¿Buscaremos la verdad o seguiremos a hombres?

“Mas guardaos de rechazar aquello que es verdad.  El gran peligro para nuestros hermanos ha sido el de depender de los hombres, y hacer de la carne su brazo.  Los que no han tenido el hábito de escudriñar la Biblia por sí mismos, o pesar la evidencia, tienen confianza en los hombres dirigentes, y aceptan las decisiones que ellos hacen; y así muchos rechazan los mismos mensajes que Dios envía a su pueblo, si estos hermanos dirigentes no los aceptan.” (TM 104)

¿Cuál es la mejor manera de interpretar la Biblia?

“La Biblia, con sus preciosas gemas de verdad no fue escrita solamente para el erudito, sino que, al contrario, estaba destinada al pueblo común; y la interpretación dada por el pueblo común, cuando tiene la ayuda del Espíritu Santo, es la que concuerda mejor con la verdad tal cual está en Jesús.  Las grandes verdades necesarias para la salvación quedan tan claras como el mediodía; y nadie se equivocará ni se extraviará, sino, aquellos que sigan su propio juicio en vez de la voluntad de Dios claramente revelada.” (2 JT 316)

¿Debemos predicar sólo cosas suaves, o amonestar fielmente al pueblo?

“Mi corazón se llena de angustia cuando pienso en los mensajes tibios que dan algunos de nuestros ministros, cuando llevan un mensaje de vida o muerte.  Los ministros están dormidos; los miembros laicos también; y el mundo perece en el pecado.  Dios ayude a su pueblo a despertarse, a andar y obrar como hombres y mujeres que están en el umbral del mundo eterno.  Pronto una terrible sorpresa sobrecogerá a los habitantes del mundo.  Cristo vendrá repentinamente, con poder y grande gloria.  Entonces no habrá tiempo para prepararse para recibirlo. Ahora es el tiempo en que hemos de dar el mensaje de advertencia.” (3 J.T. 220)

Que el Señor los bendiga . Alberto R.Todero.

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