Sin intentar contestar todo lo que aquí dice y que me puede generar disensión respetuosa, aludo solo a un punto, ya que comulgo en gran parte con la respuesta del pastor Contreras a Mario.

Me refiero a la frase:

Allí presenté la siguiente cuestión: ¿Es la catástrofe una buena convocatorio para "elevar la mirada al cielo"? ¿Por medio de las tragedias y desgracias humanas nos sentimos motivados a "pensar en el Reino de Dios y su justicia"? En forma más específicas, para quienes conocen el evangelio, el "llamado a medianoche" que despierta a la Iglesia para ingresar en la eternidad, según la interpretación de la "parábola de las diez vírgenes" (Mat.25:1-13), ¿se realizará por medio de una gran catástrofe, como dice el teólogo Moore?

Al respecto recuerdo un pasaje bíblico que dice:

Luc. 21:9

"Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os alarméis. Es necesario que estas cosas sucedan primero. Pero el fin no vendrá en seguida".

10 Entonces les dijo: "Se levantará nación contra nación, y reino contra reino.

11 "Habrá grandes terremotos, hambres y pestes en diferentes lugares. Habrá espantos y grandes señales del cielo.

23 Porque habrá gran calamidad en la tierra

25 En la tierra las naciones estarán en angustia, perplejas, por el bramido del mar y de las ondas."

26 "Los hombres desfallecerán por el temor y la ansiedad de lo que vendrá sobre la tierra, porque las virtudes del cielo serán conmovidas."

28 "Cuando estas cosas empiecen a suceder, cobrad ánimo, y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca".

29 Y les dijo esta parábola: "Mirad la higuera y todos los árboles."

30 "Cuando brotan, sabéis por vosotros que el verano se acerca."

31 "Así también, cuando veáis que estas cosas suceden, entended que el reino de Dios está cerca."

Lo que me dice claramente Jesús aquí es que estas cosas tristes y catastróficas que están comenzando a suceder no son otra cosa que el cumplimiento de su Palabra. Pero no solo eso sino que su indicación es que cuando comiencen a suceder debo erguirme, de buen ánimo, alzar mi cabeza y estar atento porque mi redención está cerca. 

No habla la Biblia para nada de "fobias, pánico, angustia, paranoia, estrés postraumático y otros trastornos por el estilo" sino de buen ánimo y gozo, ya que mi redención está cerca. 

Creo que son dos aproximaciones completamente diferentes a lo que significa una catástrofe. Una tiene el signo de la desesperanza propia de la naturaleza humana. A esto llama Lucas "desfalleciendo por el temor y la ansiedad". La otra, la perspectiva salvífica de quien ve la mano del Señor conduciendo los destinos del mundo con rumbo a la eternidad que se me ofrece como posible y ascequible, Lucas llama "cabezas levantadas, buen ánimo y redención cercana". Me quedo con esta perspectiva que me sostiene en medio de hombres que desfallecen de temor y ansiedad.

Saludos

Hugo

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